24 de julio de 2025

Recupérate en la Selva Negra

Acabé en torno a las siete y luego hice una lista de todo lo que me hace sufrir, empezando por el tacto del satén y acabando por la imposibilidad de asimilar y devorar todo lo bello del mundo. Me salieron dos páginas escritas con letra menuda.

Berlín, 19 de Junio de 1926 

Estoy leyendo las cartas a Vera, de Nabokov, y lo estoy pasando bien. Me acompaña saber sobre la rutina, desde qué come, lee, los pantalones grises y los esfuerzos económicos. Vladimir aquí apenas tiene casi 27 años, no es un escritor famoso. Rescato un par de fragmentos de esta etapa, donde Vera se encuentra en un sanatorio por depresión para recuperarse y Vladimir le manda cartas todos los días al tiempo en que se queja de no recibir apenas respuesta. Le insiste en que se recupere y en posponer la fecha del reencuentro mientras cada día le manda apelativos a cada cuál más cursi y divertido.

Examiné las viejas litografías y libritos de los anticuarios de Schillstrasse. Pensé esto: iqué encanto habrá en las fotografías antiguas! Digamos en 2126. Una fotografía de doscientos años, una fotografía de una calle con gente con chaquetas y automóviles («chaqueta» sonará como «jubón» para nosotros, y «automóvil» como, por ejemplo, «piróscafo»). Habrá fotografías terriblemente caras. Habrá colecciones de fotografías que valdrán millones. «¿Quiere venir a ver mi colección de fotografías de principios del siglo xx?». «-Con mucho gusto». «Mire, aquí tiene: una calle, automóviles, motocicletas». «Sí, pero el señor X tiene una fotografía todavía más antigua: ¡en ella se ve un caballo!».

Berlín, 27 de Junio de 1926 

 

Cartas a Véra. Vladimir Nabokov. Trad. Marta Rebón y Marta Alcaraz. RBA. Barcelona, 2015. 

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